En el año 2005, la británica Ellen MacArthur participó en un gran reto: ser el navegante en solitario más rápido en dar la vuelta al mundo sin paradas. Superó el récord mundial tras una odisea a bordo de su trimarán que duró 72 días. Durante esos días a bordo, en los que tenía que administrar todos los materiales y suministros con los que contaba, MacArthur tuvo tiempo para reflexionar sobre los recursos de los que disponemos. Fruto de esa reflexión, creó en 2010 la Fundación Ellen MacArthur para la Economía Circular, como aceleradora de la necesaria transición desde el modelo actual de consumo lineal (comprar, usar y tirar) a la economía circular.
“Es difícil de explicar, pero tu forma de pensar cambia completamente cuando el barco es tu mundo y todo lo que llevas encima es lo que cargaste en el puerto (..) Hay que gestionar y aprovechar hasta las últimas migajas de la comida. Ninguna experiencia en mi vida podría haberme explicado de forma tan clara el concepto de “finito”: lo que tenemos ahí fuera es lo que tenemos, no hay más (..) Fue como si todos los puntos se conectaran: la economía global no es diferente, depende de materiales finitos que se consumen y desaparecen”.
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