VIERNES, 10 10UTC DICIEMBRE 10UTC 2010
En esa búsqueda para encontrar nuevas fuentes de riqueza en España, el trabajo conjunto realizado entre quienes se dedican a la práctica clínica (los médicos) y a la investigación y docencia (profesores e investigadores universitarios) empieza a dar frutos. En Sevilla acaba de presentarse un quirófano inteligente portátil, que no es más que el resultado del esfuerzo que durante casi ocho años han realizado el físico Emilio Gómez, Director del Grupo de Física Interdisciplinar de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Sevilla, el neurólogoJavier Márquez, actualmente jefe del Servicio de Neurología del hospital Virgen del Rocío y el ginecólogo Guillermo Antiñolo, director del Programa de Medicina y Terapia Fetal en el citado hospital sevillano.
En síntesis, se trata de un prototipo, ya patentado —“y por tanto único en el mundo con estas características”, precisa Gómez—, que permite al equipo quirúrgico visualizar en distintos monitores, en todo momento y en tiempo real, todas las imágenes y datos que van surgiendo a partir de cada una de las acciones quirúrgicas que se están realizando dentro del quirófano. Todo ello coordinado desde un ordenador o cerebro central que no ocupa más espacio que una pequeña mesa con ruedas. La particularidad de este sistema, precisamente, estriba en que “es portátil”, dice Gómez y, por tanto, puede transportarse sin dificultad a aquellos quirófanos en los que se necesite.
Particularidad es también que, lógicamente, se evitan las obras de infraestructura para su instalación; eso supone eliminar costes y mil contratiempos. Y asimismo cabria destacar de él su condición de quirófano totalmente digitalizado, o el sistema que tiene de conexión e integración de todo el instrumental y de los monitores, así como la posibilidad de control remoto mediante un mando a distancia. Todo está conectado entre sí en el denominado Sistema para el Análisis y Gestión de Imágenes Quirúrgicas (SAGIQ) —que es el nombre oficial que le han dado—, donde, por ejemplo, los cables y conectores son desechables, con el fin de mantener la asepsia en todo momento.
Desde el punto de vista clínico, el “quirófano inteligente portátil” supone prácticamente eliminar las posibilidades de error en las intervenciones de alta complejidad. Y en cuanto a sus aportaciones docentes, permite la grabación y almacenamiento de toda la información del proceso, facilita que los estudiantes se familiaricen con la tele-cirugía y contribuye decididamente a la formación especializada. Ni que decir tiene que una de las mayores ventajas del SAGIQ es el control de calidad que ejerce sobre cualquiera de los procesos que se están practicando en el acto quirúrgico pues el sistema avisa de forma inmediata de cualquier posible error.
Evidentemente, no es “el único quirófano inteligente del mundo”, no. De estos hay cientos ya repartidos entre los hospitales más prestigiosos; son salas-quirófano integradas con imágenes de alta resolución e interconectadas, instaladas in situ que no se pueden transportar. La particularidad del SAGIQ es, como se ha dicho, que es transportable e incorpora, quizá, particularidades de monitorización, señales de video y datos procedentes de los múltiples dispositivos que intervienen en un acto quirúrgico complejo y, además, de alto riesgo.
La patente viene avalada por más de 350 intervenciones quirúrgicas, algunas tan complejas como las realizadas por Guillermo Antiñolo para corregir malformaciones fetales o las que el propio Javier Márquez ha hecho con técnicas de microcirugía para eliminar en niños y adultos tumores cerebrales. Con este sistema quirúrgico se practicó también, con éxito, la separación de siamesas en el año 2008 en este mismo hospital.
“Han sido casi 8 años quemando etapas, investigando y perfeccionando la técnica para llegar al actual resultado, explica el físico Gómez. Y todo ello ha supuesto “además del esfuerzo personal de un amplio y complejo equipo de científicos y médicos durante años”, añade Márquez, “un gran esfuerzo económico de cada uno de los departamentos a los que pertenecemos”. Las distintas Administraciones, por su parte, han aportado también su grano de arena y, hasta ahora, llevan gastado en el SAGIQ en torno a los 220.000 euros
Pero sin duda ha merecido la pena pues, a partir de ahora, cuando se comercialice el proyecto y se venda el SAGIQ a cualquier hospital que esté interesado en el mundo, el Servicio Andaluz de Salud se verá recompensado con un 7% de los beneficios según el acuerdo al que se ha llegado con la multinacional española Navimetric, responsable de desarrollar y comercializar el prototipo; un prototipo que se cree que podría estar en el mercado a mediados del año 2012
En cualquier caso, lo interesante, pensamos, es la idea de cooperación entre profesionales e instituciones que está germinando en España. Esta nueva idea de modernidad que, creemos, va apoderándose poco a poco de la Universidad y de, por ejemplo, los hospitales, y que supone, avanzar, entendemos, en la buena dirección. Parece que por fin se terminan los comportamientos estancos, al menos en lo que a cultura científica se refiere. En el campo particular de la Medicina, la decisión de cooperar entre médicos, docentes e investigadores es ya clara y suponemos que no habrá marcha atrás. En cuanto a Andalucía, de las 186 patentes registradas que tiene la sanidad pública, 64 lo han sido en el último año, lo que viene a confirmar que empieza a dar fruto esta labor de cooperación. Y es que, es verdad, si el médico es quien identifica el problema, puede ser el físico, el biólogo o el ingeniero el que tenga la solución, por citar solo a algunos de los especialistas con los que se puede cooperar. Así que mejor ponerse a trabajar juntos que “tirar las patas por alto” como se dice vulgarmente y que cada uno vaya a los suyo. A estas alturas ya nadie duda que la unidad y la puesta en común del conocimiento genera riqueza.
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