Luis Meyer
«Hay que dejar de contemplar la RC como un elemento tradicional; es un elemento de vanguardia», señala Juan Alfaro
El Código de Buen Gobierno eleva las políticas de responsabilidad corporativa a los Consejos de Administración
El IE imparte su Programa Ejecutivo en Responsabilidad Corporativa desde hace 10 años
Tienen claro que una gestión ética significa vanguardia y pelean cada día para situar la responsabilidad social en el centro de la estrategia empresarial. El IE Business School forma desde hace 10 años a directivos líderes en sostenibilidad.
Definir hoy en día la responsabilidad corporativa (RC) de una empresa no es fácil, ya que se trata un concepto que hasta hace una década se centraba en algunos aspectos puntuales (por ejemplo, el impacto medioambiental de su actividad), pero ahora es un enorme paraguas que abarca casi todos los ámbitos de su actividad diaria.
«Es vanguardia», define sintéticamente Juan Alfaro, director del Programa Ejecutivo de Responsabilidad Corporativa que imparte el Instituto de Empresa por décimo año a partir de marzo de 2016. Y continúa: «Quienes la integran en sus empresas están innovando. Hay que dejar de contemplar la RC como un elemento tradicional, sino como un elemento de vanguardia. Las mejores prácticas de movilidad, de teletrabajo, una colaboración estratégica y eficaz con la sociedad civil, y que tenga un retorno de inversión mesurable. Conforme las empresas van evolucionando en la integración de este tipo de prácticas, se vuelven más competitivas, y eso redundará en negocio para la empresa. No hay que caer en la visión filantrópica de la RC. Sino en un axioma muy sencillo: ‘Lo que es bueno para los demás, es bueno para ti’».
«RC es la gestión de todos los riesgos no financieros de una empresa». Esta definición escueta es, con toda probabilidad, la más acertada. La da el director de Responsabilidad Corporativa de FCC (Fomento de Construcciones y Contratas), Javier Galiacho, también jurista, profesor universitario y a su vez profesor del área de Buen Gobierno dentro del programa del Instituto de Empresa.
«Formaciones como esta refuerzan y dan sentido a la RC, no como una moda sino como un elemento estratégico y diferenciador en toda empresa que lo integra a lo largo de su cadena de valor», incide la actual gerente de Responsabilidad Corporativa de Coca Cola Iberian Partners, María Laviña, que fue alumna de este programa en 2004.
Ejecutivos responsables
El Instituto de Empresa pretende así formar a ejecutivos en el amplio espectro que supone la RC de una empresa, que aparte de un compromiso con la sostenibilidad abarca la transparencia, las buenas prácticas, las vías de comunicación con la sociedad y los grupos de interés, etc. «A raíz del Código de Buen Gobierno de la CNMV de 2015, se le ha pasado la pelota a los consejos de administración en cuanto a las políticas de responsabilidad corporativa, y ese es el gran avance al que estamos asistiendo en estos momentos», valora Galiacho, y sentencia: «Ahora la RC debe partir desde la propia estrategia de la compañía, desde el consejo de administración, debe formar parte del ADN de la empresa». El director del programa del Instituto de Empresa incide en este punto: «Yo aspiro a que esto dependa del presidente de la compañía o del consejero delegado. Donde está el poder ejecutivo. Ahí es cuando deja de ser definitivamente algo cosmético».
José Manuel Sedes, manager de Sostenibilidad y Calidad de Vodafone España, imparte dos materias en el programa del Instituto de Empresa: Comunicación Responsable e Innovación Responsable. Y al mismo tiempo, transmite a los ejecutivos que conforman su alumnado la importancia de la RC hoy en día en cualquier empresa: «Se ha consolidado en esta última década como un nuevo modelo de hacer las cosas que aporta valor a través de la mejora de la gestión riesgos y de oportunidades identificadas en el proceso sistemático de la relación con los diferentes grupos de interés para satisfacer sus expectativas. En este tiempo hemos sido testigos de una evolución en la RC, de forma que inicialmente las actuaciones en esta materia estaban orientadas principalmente a reducir los impactos negativos (riesgos) de las actividades de la empresa, y en la actualidad además se centran en la identificación de oportunidades de desarrollo de productos y servicios destinados a solucionar retos sociales y ambientales, al mismo tiempo que se genera valor para la empresa».
En esta línea de pensamiento, desde la propia dirección del programa que imparte el Instituto de Empresa plantean como uno de sus objetivos «entender la forma más efectiva de implantar en la gestión de la empresa valores responsables y sostenibles».
Humanistas, gestores y estratégicos
Ante tamaño reto, ¿qué perfil debe cumplir un ejecutivo para llevarlo a cabo con éxito? Galiacho nos da la respuesta: «La convicción de que un director de RC debe venir del sector del medio ambiente ha sido superada. Hoy en día debe ser una persona que esté sensibilizada con la sostenibilidad y el entorno, por supuesto, pero también debe conocer de leyes, ser ética, tener capacidad de diálogo, de penetración y empatía. El puesto tira por dos campos, la innovación social, ver cómo puedes tender puentes con la sociedad, para ser una empresa más eficaz; y también saber gestionar una empresa de forma ética con canales de transparencia. Pero, sobre todo, no se puede gestionar algo ético sin tener una base de conocimiento jurídico y social. Son puestos para humanistas».
El director de Responsabilidad Corporativa de FCC apoya su teoría en una tendencia: «En Estados Unidos, cada vez más empresas recurren a filósofos y antropólogos para puestos como este». Galiacho opina que el perfil no debe ser técnico, sino humanista: «Por supuesto que hacen falta técnicos en un departamento de RC, por ejemplo, para medir la huella de carbono. Pero su responsable debe tener una base ética y jurídica, tener un pie en la realidad de la empresa, cuyo objetivo al fin y al cabo es obtener beneficios, y otra en la utopía, en su compromiso con la sociedad».
Su colega José Manuel Sedes añade, además, grandes dotes para la gestión: «Es necesario que tenga un excelente conocimiento de su organización, que sea un experto en saber gestionar la percepción que los grupos de interés tienen de la empresa, y debe poseer una serie de capacidades directivas, tales como negociación, liderazgo, capacidad de influencia, gestión de equipos y técnicas de comunicación». El director del programa del Instituto de Empresa, Juan Alfaro, aporta: «Aspiramos a que sean perfiles de dirección. Cuanto más lo elevemos, más importante será para la empresa. En el programa buscamos precisamente elevar ese perfil. Y para eso tiene que tener un conocimiento y un dominio de todas las estrategias de dirección. Cuanto más lo elevemos, más importante será para la empresa. En el programa buscamos precisamente elevar ese perfil. Y para eso tiene que tener un conocimiento y un dominio de todas las estrategias».
Estas son, entre otras, las herramientas de las que provee el Programa Ejecutivo de Responsabilidad Corporativa del Instituto de Empresa, con el objetivo de lograr compañías mejores, consecuentes y con valores compartidos con su entorno. Una realidad que Galiacho resume muy bien en una frase: «Las empresas que pueden avanzar son las que triunfan en sociedades que también tienen éxito».
[Puedes consultar aquí el Programa de RC del IE Business School]
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