B SOSTENIBLE

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miércoles, 30 de diciembre de 2015

QUÉ NOTA SACAMOS EN CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE




Panorama tras dos años de certificación energética obligatoria de los edificios en España


El próximo 1 de enero los ayuntamientos podrán rebajar el IBI a las viviendas más eficientes. Es la última novedad en un sector que, pese a cierta apariencia monolítica, vive múltiples cambios. Dos años después de la obligatoriedad de informar sobre el nivel de eficiencia energética de la vivienda en su venta y del lanzamiento de la primera ecohipoteca, ¿progresa adecuadamente la construcción sostenible?


El año que viene el estímulo económico para vender, comprar, alquilar o vivir en un edificio más eficiente energéticamente, y por lo tanto con menor impacto ambiental, crecerá. El Gobierno permitirá a las corporaciones municipales reducir hasta en un 20% el IBI de las viviendas con calificación energética A, así como bonificar con un -16%, -12%, -8% y -4% el de aquellas con nivel B, C, D y E.

La medida es el último intento de vencer un punto débil histórico de nuestro parque de viviendas. Algo que, según Roberto Ruiz Robles, presidente de la Asociación de Ciencias Ambientales de Madrid (ACA), no es una quimera: “La baja calificación energética de nuestros edificios tiene una causa que va más allá de las condiciones climáticas. Hasta el año 1979, no existía en España ningún marco normativo que obligase a considerar la eficiencia energética en la construcción de un edificio. Desde ese año hasta la aprobación del Código Técnico de la Edificación (CTE), esa primera norma no exigía apenas requisitos para su cumplimiento, y su entrada en vigor llegó cuando el boomde la construcción estaba llegando a su fin”.

Ruiz, que encabeza una entidad muy activa en el asesoramiento y formación en ámbitos como la rehabilitación energética, habla de una “necesaria reconversión del sector”.
La “salida del huevo” de la construcción sostenible



El punto de inflexión en el sector ha venido acompañada de estímulos como la primera ecohipoteca

El 1 de junio de 2013 llegó el punto de inflexión más claro para reconducir una situación que contribuye a la pobreza energética, al consumo excesivo en un país dependiente energéticamente o a problemas ambientales como el cambio climático. Por primera vez, como ocurre con los electrodomésticos, los ciudadanos adquirían el derecho de conocer la etiqueta energética de las viviendas, tras la entrada en vigor en España de la normativa europea.

¿Con qué resultados? Desde entonces, 1,5 millones de inmuebles se han certificado y un 50% de los propietarios conocen la certificación energética, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE).

El 50% de los propietarios de vivienda ya conoce la certificación energética, según IDAE

El mismo año, una innovación actuaba como palanca complementaria para el cambio. También por primera vez, los compradores de vivienda contaban con el estímulo de saber que adquirir una vivienda con mayor eficiencia reduce el interés de su préstamo hipotecario. Hoy, más de 500 hogares han accedido a la Hipoteca Triodos, primer producto de su sector que quiere extender el concepto de consumo responsable a la vivienda.

Para Beatriz García, gerente de Vivienda y Construcción Sostenible de Triodos Bank, se está demostrando que “la construcción sostenible no es un lujo, sino una necesidad social” con hechos como que “el 40% de las emisiones de CO2 son causadas por la edificación o que la pobreza energética de las viviendas ha disparado el número de hogares con gastos desproporcionados y su incapacidad para abordarlos”.

Las bases del cambio están plantadas, porque la introducción de una medición, como ha sido la certificación obligatoria, permite mejorar. Pero el camino por recorrer parece aún muy largo: por ahora, el 80% de los edificios tiene una certificación E o inferior, según IDAE.
Ver el vaso medio lleno, con datos

Imagen de Mejora la energía de tu comunidad, programa de WWF

No es una cuestión de optimismo. Mejorar sustancialmente la sostenibilidad en construcción, también más allá de la eficiencia energética de nueva construción es una realidad: “En algunos trabajos que hemos hecho, por ejemplo en viviendas, en equipamientos como polideportivos o en el CCCB de Barcelona, hemos conseguido ahorros de entre el 20% y el 30% sin tocar nada esencial, simplemente gestionando mejor la energía (…) En los edificios nuevos se puede llegar hasta un 50%“, explica Frederic Ximeno, socio director de ERF-Estudi Ramon Folch, consultora ambiental y energética.

Más hechos. Tras dos años de la puesta en marcha de la primera caldera de biomasa instalada en una comunidad de vecinos en Galicia, contactamos con su instalador, Tecgal. “La experiencia está siendo muy positiva tanto para los vecinos como para nosotros. Los ahorros que la comunidad está obteniendo son de 14.000 euros al año con respecto al consumo que tenían hace dos años con gasóleo”, nos actualiza Laura Aldariz, técnico y gerente de la empresa, que contó con financiación de Triodos Bank para llevar a cabo el proyecto.
Por qué el cambio es imparable

“Las personas no acabamos de aprender la lección”, lamenta también Aldariz, que percibe como “el interés en sistemas más eficientes como la biomasa en rehabilitación se ha aparcado hasta, suponemos, una nueva subida del petróleo”.


El proyecto de construcción con geotermia de Arroyo Bodonal, un referente europeo en sostenibilidad

Por su parte, de su experiencia con ACA impulsando programas oficiales formativos en rehabilitación energética como REPEX o Habilita, Ruiz concluye que, “aunque se ha avanzado, todavía hace falta trabajar mucho en concienciación en el sector y especialmente en el proceso de recualificación de los trabajadores”. En su opinión, “las novedades legislativas, los planes de ayudas y las soluciones se renuevan continuamente pero, a gran escala, el sector no está consiguiendo reconvertirse, a pesar de los beneficios ambientales, económicos y sociales que ello puede reportar”.


“Todavía hace falta trabajar mucho en concienciación en el sector y especialmente en el proceso de recualificación de los trabajadores”


Roberto Ruiz Robles, presidente de la Asociación de Ciencias Ambientales de Madrid

Aunque un diagnóstico general indica que la construcción necesita mejorar, hay razones de peso para pensar en que continuará progresando, el tiempo dirá si adecuadamente. Por ejemplo, una directiva europea obliga a que, a partir de 2020, todo edificio de nueva construcción deba ser de consumo casi nulo, con características que los estados miembros de la UE deben concretar y hacer públicas en estos momentos.


Casa de paja en construcción del promotor Rafael Sala, con financiación de Triodos Bank

Por otro lado, desde el sector ya no son casos aislados los ejemplos de empresas y profesionales que están yendo por delante.

En comparación con la edificación convencional, “la vivienda sostenible sí tiene salida”, afirma Antonio Martínez, detrás de uno de los mayores proyectos de construcción con energía geotérmica de Europa, en Tres Cantos (Madrid), desde su cooperativa Arroyo Bodonal. La promoción, con certificación energética A+ y financiación de banca ética, vendió todos sus pisos antes de que se finalizaran, con los residentes entrando a vivir este año.


Etikalia, inmobiliaria que se propone promover la sostenibilidad y un enfoque humano y trabaja con banca ética

Entretanto, iniciativas como 100×100 madera impulsan casas que, a día de hoy, ya cumplen con el objetivo de seredificaciones de consumo casi nulo, en este caso con certificación Passivhaus y necesidades de climatización muy limitadas. Y arquitectos innovadores, como los mallorquines Joan Brunet y Rafael Sala, levantan casas de paja a la altura de los requisitos más exigentes en eficiencia y aprovechando para su construcción materiales que, de otra forma, serían desechados.

Incluso en el sector inmobiliario se empieza a introducir cambios, con conceptos como el de “inmobiliaria ética”, del proyecto vasco Etikalia, con una mayor implicación en la problemática social y económica de inquilinos y propietarios. La construcción sostenible empieza a ser un edificio sólido.

Texto: Xavier Hervás Vigueras · Foto de la ciudad de cartón: Ronnie McDonald, licencia CC BY 2.0

lunes, 28 de diciembre de 2015

En España hay un gran talento en Animación


Inspiradora ponencia de José A. Rodriguez, Director Académico del Área de Animación de U-tad y Director de Producción en 'Planet 51': "En España hay un gran talento en Animación"

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Empresas responsables, sociedades sostenibles


Iñigo Keller



«La innovación responsable es el motor definitivo para el desarrollo económico social y ambiental»

Quédense con una frase del cantante francés Michael Berger: «Un emprendedor ve oportunidades donde otros solo ven problemas». Una máxima aplicable a lo que hoy se entiende por empresa responsable, y con la que ayer inició su disertación José Manuel Sedes, director de Sostenibilidad y Calidad de Vodafone España, durante la presentación del Catálogo de Buenas Prácticas en Innovación Responsable. El informe recopila 40 ejemplos de empresas españolas y de América Latina, de diversos sectores, que muestran cómo, contribuyendo a la solución de retos sociales o medioambientales, generan a su vez valor para la propia compañía.

«La sociedad en la que vivimos se enfrenta a numerosos retos, tanto en la organización de un mundo y unas ciudades cada vez más pobladas, como en la gestión de los cambios demográficos, de los recursos naturales, la seguridad, las infraestructuras, el uso de espacios públicos y, en definitiva, en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y en la reducción de los impactos ambientales», contaba Sedes, para añadir, tajante: «La innovación responsable es el motor definitivo para el desarrollo económico social y ambiental».

El tamaño no importa; la implicación social, sí

Según los responsables del catálogo, las empresas incluidas no parten de ninguna estructura o definición concreta, algo que demuestra la heterogeneidad de las 40 que lo conforman: desde multinacionales hasta pymes de no más de 10 empleados, la premisa es la misma para todas: «Son organizaciones capaces de hacer coherente lo mejor de la lógica del mercado con la búsqueda de un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente», aclaraba durante la presentación Concepción Galdón, directora de Área 31 del IE Center for Entrepreneurship and Innovation del IE Business School. «Cada una de las buenas prácticas recogidas en el manual son un ejemplo de la infinidad de oportunidades que la innovación responsable ofrece a aquellas empresas que de verdad quieran liderar lo que queda de siglo».

Durante el acto se presentaron cinco de las experiencias contenidas en el manual, organizaciones representativas del amplio espectro que abarca. Como la expuesta por Manuel Barrero de Lafarge-Holcim, productora de materiales de edificación inmersa en un proyecto de gestión sostenible del agua pluvial; José Antonio Villalba, de BSH Electrodomésticos, explicó en qué consiste la cátedra Empresa Sana, impulsada junto con la universidad de San Jorge y Mutua MAZ, centrada en velar por la salud laboral de los trabajadores. Manuel García, de Bodegas Terán, apuesta por la sostenibilidad mediante el uso de la energía geotérmica en sus procesos vinícolas. Ricard Casas, de ISS Facility Services, presentó su programa de formación SWAHT, Service With A Human Touch, por el cual los empleados toman conciencia de la contribución que hacen al cliente desde un punto de vista humano, además de apoyar la generación de empleo a personas con riesgo de exclusión. Por último, José Manuel Díez Quintanilla, del grupo Tragsa, explicó su proyecto de reutilización del agua de lluvia en áreas urbanas.

Son cinco ejemplos que recogen fielmente el espíritu del extenso catálogo, que resumía ayer José Longas, presidente del Club de Excelencia en Sostenibilidad: «La innovación ha sido y es un motor fundamental para el crecimiento de la empresa y la sociedad en general. A veces resulta inimaginable que nuevos productos o servicios se puedan crear o que haya nuevas ideas que mejoren procesos existentes, pero lo cierto es que la evolución constante hace del cambio una fuente inagotable de oportunidades».

Según añadía Sedes, y basándose en los dictados del tratadista austriaco Peter F. Drucker, «una empresa responsable debe partir de un problema real, tener el know how necesario para darle repuesta, dar con la solución más sencilla y aceptable por el mercado y tener, indiscutiblemente, espíritu de liderazgo». Las 40 organizaciones del Catálogo de Buenas Prácticas en Innovación Responsable presentado ayer por Vodafone España cumplen con estas premisas.

Publicado en ETHIC

domingo, 13 de diciembre de 2015

El mundo alcanza el primer acuerdo climático universal de la historia







PINCHA AQUÍ PARA CONOCER EL TEXTO DEL ACUERDO.

La frase más repetida por los negociadores climáticos es que nada está decidido hasta que se acuerda. Han sido 20 años de reuniones infructuosas para alcanzar el primer acuerdo climático universal, pero el sábado por la noche Laurent Fabius, ministro galo de Asuntos Exteriores y presidente de esta reunión -que ha sabido llevar la negociación con mano firme-, daba el mazazo final. El Acuerdo de París quedaba formalmente adoptado por la Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

El Plenario estalló en aplausos y la euforia se desató. El presidente de la República francesa, Francois Hollande, saltándose el protocolo se subía a la tribuna presidencial y se fundía en un abrazo con todos los que dirigían la sesión plenaria. Una buena noticia desde París tras los atentados del 13 de noviembre. «Tras el golpe que sufrió Francia hace casi un mes, el 12 de diciembre de 2015 tal vez sea un día histórico, una gran fecha para la Humanidad y un mensaje de vida», había dicho Hollande por la mañana. Y lo fue.

El texto que finalmente se ha consensuado no contenta a todos y tiene que ir más allá, pero sí crea un marco de acción climática global que ahora habrá que mejorar. Lo más importante es que se trata de un acuerdo universal. El protocolo de Kioto de 1997 no lo era, pues solo obligaba a 35 países que representaban el 11% de las emisiones globales, y Copenhague en 2009 quedó en un ensayo general con final desastroso.

Fabius definió la propuesta que finalmente llevó al plenario como un texto «equilibrado», y que contiene los principales progresos que «muchos de nosotros pensábamos que era imposible obtener». «El acuerdo es diferenciado, justo, sostenible, dinámico, equilibrado y jurídicamente vinculante, reconoce el concepto de justicia climática y tiene en cuenta la responsabilidad diferenciada cada uno de los países y las capacidades respectivas teniendo en cuenta las circunstancias».

El texto aprobado ayer en París por las 196 Partes de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático es jurídicamente vinculante, si bien algunos aspectos quedan fuera del texto del acuerdo y, por tanto, no quedan sometidos a ratificación. Es el caso de las contribuciones nacionales de cada país –tal y como reclamaban China, India y, sobre todo, Estados Unidos, que no tiene fuerza en el Senado para pasar ese trámite–. Pero esto no significa que las contribuciones queden en papel mojado. El acuerdo dice que las Partes tomarán las medidas domésticas para lograr los objetivos de sus contribuciones, y eso las hace obligatorias.


Y todo para que la temperatura del planeta quede «muy por debajo de los 2ºC», con esfuerzos para lograr no superar los 1,5ºC. Ambas cifras han quedado finalmente incluidas en el acuerdo, tras la petición incansable de los estados más vulnerables y los pequeños Estados Insulares que ven en este límite la diferencia de vivir por encima o por debajo del nivel del mar. Este límite es clave porque recoge las recomendaciones de los científicos, y más allá de habrá que valorar aún en qué aspectos se puede ir más allá lo cierto es que este acuerdo marca una senda para transformar la economía y reorientar las inversiones financieras de las energías fósiles hacia las energías limpias, como se recoge en el acuerdo. Por tanto, este pacto universal tiene muchas implicaciones más allá del medio ambiente.

Para alcanzar esa mayor ambición, en 2018 se hará una valoración de las contribuciones nacionales para que sean actualizadas al alza en 2020. A partir de ahí la revisión y actualización se hará cada 5 años. Además, las naciones desarrolladas deberán ayudar a los países en desarrollo tanto a reducir sus emisiones como a adaptarse a los impactos del cambio climático. Y, por primera vez, se incluye un mecanismo de pérdidas y daños, una fórmula reclamada por varios países (Tuvalu, Bolivia y Nicaragua) para afrontar los efectos más dañinos del calentamiento.

«Este es un acuerdo que nos permitirá afrontar la transición hacia una economía limpia y prevenir los efectos más devastadores del cambio climático», dijo John Kerry, secretario de estado norteamericano. Kerry añadió que lo más importante es que se está transmitiendo una señal clara a la sociedad y a los sectores económicos de que «no serán los gobiernos los que encuentren las tecnologías» que protejan el planeta, «sino el ingenio de las empresas». Por su parte, el representante especial de China para el cambio climático, Xie Xhenhua, djo que «el acuerdo no es perfecto, pero no nos ha impedido dar un paso histórico hacia un desarrrollo ecológico, sostenible y bajo en emisiones».

Que es un buen acuerdo y un acertado punto de partida se desprende de la posición de India, que estas semanas en París se ha mostrado inflexible a que el texto quedara diluido. El ministro indio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático, Prakash Javadekar, dijo tras las aprobación del documento que «es un buen acuerdo, pues respalda el derecho de la India a desarrollarse, se basa en la justicia climática, la equidad y las responsabilidades comunes pero diferenciadas. Reconoce la importancia de un estilo de vida y pautas de consumo sostenibles, aunque hay que aumentar la ambición, pero eso también está recogido». Este Acuerdo de París no es, por tanto, el final del camino, sino el comienzo de uno nuevo hacia un mundo bajo en carbono, sostenible y más justo.


Publicado por Araceli Acosta en ETHIC

sábado, 12 de diciembre de 2015

INTERESANTE VIDEO DE ACCIONA EN LA COP21 DE PARÍS


La XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP21) se celebrará en París (Francia), desde el 30 de noviembre hasta el 11 de diciembre de 2015. Organizada por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el objetivo que persigue es mantener el calentamiento global dentro de los dos grados centígrados, respecto a niveles preindustriales. http://www.acciona.com/es/cop21 

Conoce toda la información relevante sobre la presencia de ACCIONA en la COP21: http://www.acciona.com/es/cop21/

jueves, 10 de diciembre de 2015

Así se forman los líderes en sostenibilidad



Luis Meyer


«Hay que dejar de contemplar la RC como un elemento tradicional; es un elemento de vanguardia», señala Juan Alfaro

El Código de Buen Gobierno eleva las políticas de responsabilidad corporativa a los Consejos de Administración

El IE imparte su Programa Ejecutivo en Responsabilidad Corporativa desde hace 10 años

Tienen claro que una gestión ética significa vanguardia y pelean cada día para situar la responsabilidad social en el centro de la estrategia empresarial. El IE Business School forma desde hace 10 años a directivos líderes en sostenibilidad.

Definir hoy en día la responsabilidad corporativa (RC) de una empresa no es fácil, ya que se trata un concepto que hasta hace una década se centraba en algunos aspectos puntuales (por ejemplo, el impacto medioambiental de su actividad), pero ahora es un enorme paraguas que abarca casi todos los ámbitos de su actividad diaria.

«Es vanguardia», define sintéticamente Juan Alfaro, director del Programa Ejecutivo de Responsabilidad Corporativa que imparte el Instituto de Empresa por décimo año a partir de marzo de 2016. Y continúa: «Quienes la integran en sus empresas están innovando. Hay que dejar de contemplar la RC como un elemento tradicional, sino como un elemento de vanguardia. Las mejores prácticas de movilidad, de teletrabajo, una colaboración estratégica y eficaz con la sociedad civil, y que tenga un retorno de inversión mesurable. Conforme las empresas van evolucionando en la integración de este tipo de prácticas, se vuelven más competitivas, y eso redundará en negocio para la empresa. No hay que caer en la visión filantrópica de la RC. Sino en un axioma muy sencillo: ‘Lo que es bueno para los demás, es bueno para ti’».

«RC es la gestión de todos los riesgos no financieros de una empresa». Esta definición escueta es, con toda probabilidad, la más acertada. La da el director de Responsabilidad Corporativa de FCC (Fomento de Construcciones y Contratas), Javier Galiacho, también jurista, profesor universitario y a su vez profesor del área de Buen Gobierno dentro del programa del Instituto de Empresa.

«Formaciones como esta refuerzan y dan sentido a la RC, no como una moda sino como un elemento estratégico y diferenciador en toda empresa que lo integra a lo largo de su cadena de valor», incide la actual gerente de Responsabilidad Corporativa de Coca Cola Iberian Partners, María Laviña, que fue alumna de este programa en 2004.

Ejecutivos responsables

El Instituto de Empresa pretende así formar a ejecutivos en el amplio espectro que supone la RC de una empresa, que aparte de un compromiso con la sostenibilidad abarca la transparencia, las buenas prácticas, las vías de comunicación con la sociedad y los grupos de interés, etc. «A raíz del Código de Buen Gobierno de la CNMV de 2015, se le ha pasado la pelota a los consejos de administración en cuanto a las políticas de responsabilidad corporativa, y ese es el gran avance al que estamos asistiendo en estos momentos», valora Galiacho, y sentencia: «Ahora la RC debe partir desde la propia estrategia de la compañía, desde el consejo de administración, debe formar parte del ADN de la empresa». El director del programa del Instituto de Empresa incide en este punto: «Yo aspiro a que esto dependa del presidente de la compañía o del consejero delegado. Donde está el poder ejecutivo. Ahí es cuando deja de ser definitivamente algo cosmético».


José Manuel Sedes, manager de Sostenibilidad y Calidad de Vodafone España, imparte dos materias en el programa del Instituto de Empresa: Comunicación Responsable e Innovación Responsable. Y al mismo tiempo, transmite a los ejecutivos que conforman su alumnado la importancia de la RC hoy en día en cualquier empresa: «Se ha consolidado en esta última década como un nuevo modelo de hacer las cosas que aporta valor a través de la mejora de la gestión riesgos y de oportunidades identificadas en el proceso sistemático de la relación con los diferentes grupos de interés para satisfacer sus expectativas. En este tiempo hemos sido testigos de una evolución en la RC, de forma que inicialmente las actuaciones en esta materia estaban orientadas principalmente a reducir los impactos negativos (riesgos) de las actividades de la empresa, y en la actualidad además se centran en la identificación de oportunidades de desarrollo de productos y servicios destinados a solucionar retos sociales y ambientales, al mismo tiempo que se genera valor para la empresa».

En esta línea de pensamiento, desde la propia dirección del programa que imparte el Instituto de Empresa plantean como uno de sus objetivos «entender la forma más efectiva de implantar en la gestión de la empresa valores responsables y sostenibles».

Humanistas, gestores y estratégicos

Ante tamaño reto, ¿qué perfil debe cumplir un ejecutivo para llevarlo a cabo con éxito? Galiacho nos da la respuesta: «La convicción de que un director de RC debe venir del sector del medio ambiente ha sido superada. Hoy en día debe ser una persona que esté sensibilizada con la sostenibilidad y el entorno, por supuesto, pero también debe conocer de leyes, ser ética, tener capacidad de diálogo, de penetración y empatía. El puesto tira por dos campos, la innovación social, ver cómo puedes tender puentes con la sociedad, para ser una empresa más eficaz; y también saber gestionar una empresa de forma ética con canales de transparencia. Pero, sobre todo, no se puede gestionar algo ético sin tener una base de conocimiento jurídico y social. Son puestos para humanistas».

El director de Responsabilidad Corporativa de FCC apoya su teoría en una tendencia: «En Estados Unidos, cada vez más empresas recurren a filósofos y antropólogos para puestos como este». Galiacho opina que el perfil no debe ser técnico, sino humanista: «Por supuesto que hacen falta técnicos en un departamento de RC, por ejemplo, para medir la huella de carbono. Pero su responsable debe tener una base ética y jurídica, tener un pie en la realidad de la empresa, cuyo objetivo al fin y al cabo es obtener beneficios, y otra en la utopía, en su compromiso con la sociedad».

Su colega José Manuel Sedes añade, además, grandes dotes para la gestión: «Es necesario que tenga un excelente conocimiento de su organización, que sea un experto en saber gestionar la percepción que los grupos de interés tienen de la empresa, y debe poseer una serie de capacidades directivas, tales como negociación, liderazgo, capacidad de influencia, gestión de equipos y técnicas de comunicación». El director del programa del Instituto de Empresa, Juan Alfaro, aporta: «Aspiramos a que sean perfiles de dirección. Cuanto más lo elevemos, más importante será para la empresa. En el programa buscamos precisamente elevar ese perfil. Y para eso tiene que tener un conocimiento y un dominio de todas las estrategias de dirección. Cuanto más lo elevemos, más importante será para la empresa. En el programa buscamos precisamente elevar ese perfil. Y para eso tiene que tener un conocimiento y un dominio de todas las estrategias».

Estas son, entre otras, las herramientas de las que provee el Programa Ejecutivo de Responsabilidad Corporativa del Instituto de Empresa, con el objetivo de lograr compañías mejores, consecuentes y con valores compartidos con su entorno. Una realidad que Galiacho resume muy bien en una frase: «Las empresas que pueden avanzar son las que triunfan en sociedades que también tienen éxito».

[Puedes consultar aquí el Programa de RC del IE Business School]

miércoles, 9 de diciembre de 2015

5 consejos caseros para ahorrar energía y emisiones contaminantes





La lucha contra el cambio climático y la emisión de gases contaminantes empieza en nuestra propia casa. Reducir la temperatura interior de una vivienda hasta los 21 grados de confort o controlar el caudal de agua de la ducha mediante un simple atomizador son pequeñas acciones cotidianas que reducen el gasto energético y, por tanto, la emisión de Dióxido de Carbono ( CO2) a la atmósfera.




A raíz de la cumbre sobre el Clima en Paris, en la que los líderes mundiales deben comprometer acciones firmes para evitar el sobrecalentamiento del planeta, hemos hablado con algunos expertos para conocer pequeños hábitos cotidianos que pueden reducir la emisiones contaminantes y , de paso, la factura energética.

1-.Demasiada agua para ducharse



Quizá le guste ducharse con mucha presión de agua pero hay métodos para conseguir un caudal similar sin tanto gasto. Vicente Hurtado , de la empresa Saint Gobain, recomienda utilizar los llamados “perlizadores”,que se pueden colocar en los fregaderos, las duchas o lavabos, y limitan el chorro de agua sin pérdida de confort.

2-.Placas en los radiadores para ahorrar en calefacción



El calor que desprenden los radiadores, según Vicente Hurtado, radia energía hacia atrás, donde se encuentra la pared del edificio, y hacia adelante, lo que provoca que el termostato salte más tarde en el hogar . “Si colocamos una placa reflexiva, que venden en cualquier almacén de materiales a un precio muy económico, y lo pegamos a la parte trasera del radiador, evitaremos pérdidas de calor”.

3-.Sellar las ventanas y las cajas de las persianas

Las fugas de calor pueden producirse por la mala calidad de los cristales y las rendijas en las cajas de las persianas. Pablo Pérez de Miguel, de la compañía Saint Gobain, explica que “es recomendable instalar en las ventanas dos hojas de vidrio con cámara de aire”. Además conviene”realizar un tratamiento superficial en los cristales, que se llama capas, que mejoran el comportamiento del vidrio frente a soleamiento y frente a la perdida de calor y energía a lo largo del día cuando la calefacción está encendida”.

4-.Electrodomésticos más eficientes



El frigorífico es el electrodoméstico que está conectado 24 horas al día y en muy importante, asegura, Pedro Luis Fernandez , de la Fundación La Casa que Ahorra, buscar un aparato muy eficiente, clasificado bajo la etiqueta A+++, es decir , la que ahorra más energía. El riesgo es que “algunos establecimiento bajen el IVA para atraer clientes que, quizá, puedan adquirir electrodomésticos a un precio más baratos aunque tengan una etiqueta energética más baja. Es decir, menos eficientes.

5-.Las soluciones de los abuelos

Dice Pedro Luis Fernández que es bueno seguir los consejos de los abuelos para ahorrar luz. “Airear la casa por la mañana y por la noche; aprovechar al máximo la luz del sol; no dejar luces encendidas innecesariamente; instalar toldos o persianas enrollables en ventanas y porches; plantar árboles de sombra en lugares estratégico y, si se proyecta la construcción de una casa, orientarla hacia el sur”.


Publicado por NIEVES GOICOECHEA en CADENA SER 

viernes, 4 de diciembre de 2015

LA VOZ DE UN MILLÓN DE MUJERES POR EL CLIMA



Un tema musical precioso y una iniciativa efectiva y llena de esperanza: 




Súmate a la voz de un millón de mujeres por el Clima. 

Utilizando el poder de la música, quieren inspirar a cada mujer, hombre y niño a añadir su voz a:    http://voice.1millionwomen.com.au - y  juntando nuestra unidad hacer una llamada a los líderes mundiales para un compromiso y acción fuerte contra el Cambio Climático.
#IMTHEVOICE

jueves, 3 de diciembre de 2015

Medio millar de fondos de inversión se alejan de las energías fósiles


Si los 195 países reunidos en París logran un acuerdo robusto contra el cambio climático, se enviará "un mensaje claro a los mercados", decía el lunes el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon: "El cambio es inevitable". Más allá de las acciones concretas de cada Gobierno, mandar ese mensaje nítido es básico si se quiere que los inversores internacionales se sumen al proceso de descarbonización de la economía y se desentiendan de los combustibles que más gases de efecto invernadero emiten cuando se queman para generar energía. La OCDE ha pedido este miércoles que salga "una señal fuerte" de la cumbre de París para el sector financiero, que debe tener certezas sobre sus "inversiones".
En septiembre de 2014 se lanzó una campaña internacional de desinversión en combustibles fósiles. Según el balance presentado este miércoles en la cumbre de París, más de 500 instituciones se han sumado a esta iniciativa. En total, estos inversores poseen 3,4 billones de dólares en activos, aunque 350.org y Privar-La (las asociaciones que coordinan esta campaña) reconocen que es complicado saber exactamente el importe de la desinversión, ya que algunas contribuciones a esta campaña son parciales.

Una de las caras más conocidas de esta iniciativa es Stephen Heints, presidente de la fundación Hermanos Rockefeller. "Este movimiento está creciendo rápidamente", ha indicado Heints este miércoles. Su fundación fue de las primeras en sumarse a esta campaña. Salir de las inversiones ligadas al CO2, tiene, en su opinión, sentido "económico" y "racional". Ha recordado que muchas de las inversiones ligadas a los combustibles fósiles, si los acuerdos de París se cumplen, están en "riesgo". 

Según Carbon Tracker, un grupo de analista de energía y medioambiente, las empresas de combustibles fósiles mundiales pueden perder hasta 2,2 billones de dólares en la próxima década. "No serán necesarias nuevas minas de carbón, la demanda de petróleo alcanzará su pico alrededor de 2020 y el crecimiento del gas natural no va a cumplir las expectativas del sector", vaticina Carbon Tracker.

Entre las instituciones que se han sumado ahora a esta campaña están la compañía aseguradora Allianz -que ha eliminado de su cartera 630 millones de dólares de inversiones relacionadas con el carbón-, el fondo de pensiones alemán PFZW -que maneja 161.000 millones- y varias importantes capitales y universidades del mundo. 

Este movimiento para que los inversores se alejen del carbón, el petróleo y el gas se complementa con los anuncios que se están haciendo de inversiones en energías renovables. El fundador de Microsoft, Bill Gates, el consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, y el fundador del portal de ventas online chino Alibaba, Jack Ma, han creado, junto a otras fortunas, un multimillonario fondo de inversión en tecnologías limpias. En la cumbre, también hay anuncios en este sentido de Gobiernos. El presidente francés, François Hollande, sostuvo ayer que su país duplicará la inversión en fuentes renovables en África. Prevé invertir 2.000 millones de euros entre 2016 y 2020. 

Este tipo de ayudas a los países menos desarrollados son importantes, ya que se les exige que crezcan renunciando a las energías fósiles que se han empleado durante décadas en Occidente para generar riqueza. El Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED, por sus siglas en inglés) ha realizado un análisis del coste que tendrán para los 48 países menos desarrollados del mundo, casi todos ubicados en África, los planes nacionales contra el cambio climático que han presentado ante la ONU. Esta organización calcula que a partir de 2020, cuando entrará en vigor el futuro acuerdo de París, los 48 Estados requerirán 93.000 millones de dólares al año. 

Uno de los puntos de discusión en París es el de la financiación. Hay discrepancias sobre qué países deben aportar al llamado Fondo Verde para el clima, que a partir de 2020 debería contar con 100.000 millones de dólares anuales, que se destinarán precisamente a los países con menos recursos. Si se mantiene el concepto actual de "diferenciación", que se emplea desde los noventa en las negociaciones internacionales sobre el clima, algunas importantes potencias, como China, Sudáfrica o India, no estarían obligadas a aportar a ese fondo. 

A las desinversiones en energías sucias y las inversiones públicas y privadas en renovables se le añade otro punto importante en las finanzas del cambio climático: las ayudas públicas que muchos Gobiernos mantienen a los combustibles fósiles. La OCDE ha insistido este miércoles en que es necesario suprimir estos subsidios.

En 2014, tras varios años de caída, las inversiones en energías renovables volvieron a crecer. Según la ONU, el año pasado se invirtieron en este sector en el mundo 270.000 millones de dólares. Pero, a la vez, 40 países del mundo mantienen subsidiadas a las energías fósiles. Esas ayudas públicas, según la Agencia Internacional de la Energía, ascendieron a 510.000 millones de dólares en 2014, lo que supone que el 13% de las emisiones mundiales de CO2 estaban subvencionadas. Estas ayudas públicas hacen que los combustibles fósiles ganen competitividad.

No es la primera vez que la OCDE insta a los Gobiernos a que supriman los subsidios, algo que aún no han hecho. A lo que sí se ha comprometido el G-20 es a suprimir el respaldo que los Gobiernos las veinte principales economías del planeta siguen dando a sus empresas para que construyan nuevas centrales térmicas de carbón en el extranjero.








Las pensiones de los funcionarios de California dejan el carbón



Los fondos de pensiones de los maestros y funcionarios de California se van a desprender de las inversiones relacionadas con el carbón. Esta medida, que entrará en vigor en enero, la apadrina el senador Kevin de León, que ha participado este miércoles en la cumbre del Clima. "Estos fondos manejan 500.000 millones de dólares", señala.

"La idea es ir a más", apunta. De momento, la medida de desinversión se centra solo en el carbón. De León no descarta que en el futuro también llegue a las inversiones de petróleo y gas.

"Hay que ir con cuidado", dice, "estos fondos tienen una responsabilidad jurídica de cuidas las pensiones de los maestros". "Somos el primer Estado de EE UU que lo hace", apunta de León, que no descarta que puedan sumarse otros. 

La idea es que en 2017 las carteras de inversiones de estos dos fondos estén limpias de inversiones en carbón. Aunque dice que se puede avanzar más, insiste en que "hay que ir con cuidado": "esto no es solo teoría, es la práctica, y nosotros somos la séptima economía del planeta".

Publicado en EL PAÍS